jueves, 28 de agosto de 2014

EL TAPÓN DE LA IZQUIERDA .

Estamos acostumbrados a pensar en las revoluciones del pasado, las que sucedían antes y durante un cambio político radical, en el que unos gobernantes eran desalojados del poder -vivos o muertos- y otros les sucedían. La revolución se producía antes y en el momento del cambio,  al día siguiente la revolución moría: un nuevo Estado sucedía al anterior, una nueva casta de élites dirigentes tomaban el poder en nombre y en lugar del Pueblo. En la revolución que ahora toca, eso no podrá suceder; entre otras cosas, porque, con los antecedentes que traemos, nadie se atreverá a llamar Revolución a un mero cambio de gobierno o de Estado. 

Ahora estamos en una de las primeras batallas, la de las ideas, que durará largos años. Hasta la batalla final quedan otras muchas batallas y muchos, muchos años, ¿quién es el iluso que piensa que un partido puede hacer esa revolución, la que necesita la mayoría de la humanidad? A estas alturas de la Historia, de sobra sabemos que sólo podrá hacerla el Pueblo, ese que ahora no existe, el que está por nacer en cada persona y en cada comunidad reconstruida,…empresa que, como es fácil de comprender, necesariamente va para largo. La gente que entrega  su pensamiento y energía a  un cambio rápido, a un sucedáneo de revolución, debería darse cuenta de que ya hay demasiada gente pensando y actuando en lo mismo, en el corto plazo, en una ocupación de la que sabemos de antemano que su resultado previsible es una variante, más o menos novedosa, del sistema de dominación. Y, sin embargo, somos muy poca la gente que estamos pensando a largo plazo, en la dirección de la revolución, hacia la autoconstrucción-emancipación del sujeto revolucionario, del Pueblo sin el que la idea de revolución es una quimera más…y ya van demasiadas. La revolución ya no será un estallido de rabia y algarabía, presidido por el ansia de venganza de los oprimidos del mundo, eso ya falló demasiadas veces. Esta vez estamos obligados a ser más inteligentes, a pensar y actuar con una estrategia a largo plazo, que no pueda volver a fallar.

lunes, 25 de agosto de 2014

Desmontando a Darwin

"El darwinismo convirtió la biología en una visión sórdida y cruel de la vida"
Máximo Sandín
Nuestra historia se compone de diminutos pedacitos de verdades que en muchos casos acaban siendo rediseñadas de tal manera que esas verdades se convierte en “verdades interesadas”.
Hoy hablamos de uno de esos casos donde la verdad se ha rediseñado, inculcado y aplicado por intereses socio-políticos que se han perpetuado hasta nuestros días.

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